VOLCANES Y ARRECIFES EN EL DESIERTO

VOLCANES Y ARRECIFES EN EL DESIERTO

Cuando nos hablan de arrecife de coral, lo primero que posiblemente nos venga a la cabeza sea la gran barrera de coral australiana. Pero, ¿que pasaría si no tuviéramos que ir tan lejos para poder disfrutar de algo parecido? Solo necesitamos una máquina del tiempo y un poco de imaginación.

(Gran Barrera de Coral, Australia)
(Imagen que retrata una aproximación al litoral peninsular hace 8 M.a.)

     Nos trasladamos a la provincia de Almería, concretamente a la zona del Cabo de Gata, o lo que sería esta hace 8 millones de años. Lo que conocemos hoy como Mar Mediterráneo se adentraba en la actual depresión que forma la comarca de Sorbas y el desierto de Tabernas, llegando el mar hasta la actual Sierra de Los Filabres.

     El origen del vulcanismo de Cabo de Gata tuvo lugar hace 15 millones de años y duró hasta hace “tan solo” 6 M.a. (Mioceno). No debemos olvidar que la historia de la Península Ibérica implica una serie de placas tectónicas, varios continentes y numerosas cuencas oceánicas que se abrieron y cerraron.  El continuo empuje de África hacia el norte había hecho que una pequeña placa (placa de Alborán) llegara a la zona y colisionara con el sur del continente. Durante esta evolución tectónica, el magma, aprovechando una situación de debilidad en la corteza logró abrirse paso y salir, dando lugar, entre otros, al objeto de este artículo: el volcán de la Granatilla.

(Evolución paleográfica del sureste peninsular)

   Debemos tener en cuenta que por aquel entonces Almería disfrutaba de un clima tropical, lo que hacía que su aspecto fuese más parecido al de cualquier archipiélago caribeño que a su imagen hoy en día.

(Las Islas Vírgenes nos ofrecen un ejemplo de lo que habría sido la costa Almeriense)

    Actualmente conocido como Cerro del Hoyazo, su historia geológica es sencilla si evitamos entrar en detalles de los procesos magmáticos que hubo en profundidad. El volcán empezó a formarse hace unos 6 millones de años y tuvo una primera etapa eruptiva submarina. Es aquí cuando entra en escena otro de nuestros protagonistas: el coral.  Debemos aclarar que los corales suelen preferir aguas poco profundas, ya que en ellas obtienen mayor cantidad de luz y el alimento es más abundante. Por ello, cuando tenemos un fondo oceánico con altos topográficos, como pueden ser los volcanes submarinos, estas comunidades de organismos se acomodan muy bien sobre ellos. Los corales son animales que normalmente viven juntos formando comunidades y construyendo auténticos edificios a los que llamamos arrecifes.

(Atolón Atafu, Nueva Zelanda)

     Como decimos, estos arrecifes a veces aparecen alrededor de volcanes que permanecen sumergidos, en cuyo caso no tenemos una isla volcánica sino un atolón, un arrecife con forma de anillo que separa el mar abierto del mar menos profundo de su interior. Pues bien, eso es lo que teníamos en Almería durante el Mioceno, abundantes arrecifes y atolones

     Cuando la colisión entre África e Iberia prosiguió, el continente se fue levantando y con ello la línea de costa se fue desplazando hacia el sur, hasta la posición actual, de manera que el atolón acabó por verse emergido del todo y los corales que lo formaron murieron y fosilizaron. De esta forma, tras algunos millones de años de historia, El Hoyazo se convirtió en una depresión más o menos circular e intensamente erosionada que está bordeada por un arrecife fósil.

 

(Vistas del interior del Hoyazo visto desde su borde)

    Una muestra más de la evolución progresiva a la que se ha visto sometido nuestro ecosistema. En la actualidad podemos disfrutar en su borde de esa colonia arrecifal, formada por millones y millones de corales del género Porites. Pero no solo tenemos estos corales de forma cilíndrica, ya que si buscamos bien también podremos encontrar fósiles de otros organismos, tales como ballenas, tiburones o tortugas marinas, más propios de las Bermudas o las Azores que del clima desértico en el que se encuentran.

(Comparación de corales del Genero Porites encontrados en el Cerro del Hoyazo y especímenes vivos)

      DATO: Se calcula que el 25 por ciento de toda la vida marina, depende de los arrecifes de coral en algún punto de su ciclo de vida. Aproximadamente, 500 millones de personas de todo el mundo dependen de los ecosistemas de los arrecifes de coral para obtener alimentos, protección costera e ingresos del turismo y la pesca uno de los ecosistemas más valiosos y biológicamente diversos de la Tierra. 

Autor: Aitor Ortega Delgado

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